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Quién te cantará

Carlos Vermut vuelve con una película tensa y apabullante, cuya premisa nos hace reflexionar acerca de la raza humana: ¿Qué tanto somos nosotros mismos y hasta donde podemos extender nuestra personalidad?

 


Todos queremos ser únicos. Así estamos educados aunque no lo hayamos notado, nuestro entorno nos ha ido enseñando que es importante ser único, destacado, sobresalir y dejar una marca que el mundo reconozca y admire. Cuando racionalizamos que es eso lo que deseamos, vamos personalizándolo: Desarrollamos talentos, aprendemos técnicas, escalamos peldaños... todo para que seamos ese ser singular, el más especial.


Lila Cassens (interpretada por Najwa Nimri) es admiradísima. Ella es una cantante ícono en su país, que después de un retiro de diez años ha decidido volver a los escenarios, pero ha surgido un problema: Tuvo un accidente en la playa y ha perdido la memoria. Intentando recuperar lo que este suceso le ha arrebatado, se encuentra con videos de una fan suya llamada Violeta (Eva Llorach), que trabaja como encargada de un karaoke y en sus tiempos libres hace una imitación perfecta de Lila, por lo que acudirá a ella para que le ayude a recordar sus movimientos, sus canciones y todas sus llamativas características. Va a surgir entre ellas una conexión comienza siendo amistosa, pero se extiende y tuerce hasta conseguir cosas que no podían ni imaginar.


Este es el tercer filme del director madrileño Carlos Vermut, presentado en el Festival Internacional de Cine de Toronto en 2018. Ambientado en Rota (no pasa desapercibido el guiño encantador de este nombre), Andalucía, es la historia de dos mujeres que se unen por su amor a la música: una estrella que ha perdido su personalidad (y desde tiempo antes su fuerza) y una madre secretamente asfixiada por una relación tóxica. Entre glamour, brillo y discos de oro, nos encontramos a dos seres desgastados, desesperados, con una identidad que se va desvaneciendo y al mismo tiempo entrelazando, en una fotografía que resalta justo eso: dos mundos que parecieran ser mitades, aunque no podrían estar más alejados.



Y respecto a aquella singularidad que todos buscamos alcanzar, dejo aquí una de las frases de Violeta, cuya aplastante claridad cerró este punto: “Probablemente seas una persona mediocre y del montón. No gastes tu tiempo en esforzarte o en intentar ser especial y gástalo en asumir tu realidad. Así, aunque no seas del todo feliz, al menos no serás un desgraciado el resto de tu vida.”






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